El verdadero poder reside en el autoconocimiento. Debemos dejar los autoengaños mirando hacia afuera, ya que llevamos todo dentro de nosotros. Pero ¿cómo ocurre la transformación? No hay ¨magia potagia¨, es un proceso y – como todo proceso – hay que empezar por algún lado. En ese sentido, la combinación tarot y astrología nos brinda muchas herramientas prácticas. O sea, saber cuál es nuestra configuración astral nos ayuda a entender cómo operamos. Y cuándo sabemos cómo operamos, podemos aprovechar mejor nuestra energía, equilibrando nuestras acciones y reacciones.
Al comprender cómo los planetas influyen en nuestra forma de ser, de percibir y relacionarnos con el mundo, obtenemos una visión más profunda de nuestra personalidad. Esta comprensión nos brinda la oportunidad de vivir de manera más plena y consciente al aprender a manejar nuestras fortalezas y debilidades. Como resultado, establecemos relaciones más saludables, librándonos de la codependencia y minimizando el daño que causamos a los demás.Este empoderamiento no solo beneficia a nosotros, sino que también contribuye positivamente al bienestar de nuestros familiares, amigos, vecinos y colegas de trabajo.
Yo misma nací con ascendente en Géminis y con la Luna en Sagitario, lo que me hace ser una mujer curiosa, con mucha hambre de conocimiento y unas ganas enormes de saber, estudiar y conocer los misterios de la vida. Sin embargo, todo tiene su cara oscura: la mía es que tiendo a buscar una verdad única e indiscutible. Yo era una persona inflexible, muy exigente, y era agotador moverme por el mundo de esta forma.Sin embargo, todo tiene su cara oscura: la mía es que tiendo a buscar una verdad única e indiscutible. Yo era una persona inflexible, muy exigente, y era agotador moverme por el mundo de esta forma. A través de la astrología, sin embargo, descubrí que no existe una única verdad, sino 8.000 millones de verdades ligadas a cada individuo que habita el planeta Tierra. Entenderme me ha permitido ser más compasiva con los demás y menos rígida conmigo misma. Para mí, este ha sido un camino libertador y pacificador.
En mis sesiones, suelo empezar con una breve lectura de los puntos clave de la carta astral de la persona. , pero antes ya he recogido sus datos de nacimiento (fecha, hora y lugar) y he estudiado su mapa.
Esto me ayuda a preparar un marco de referencia para entender los elementos de mi cliente: si es más de aire o agua, más yin o yang, qué procesos predominan en ella, qué planetas le influencian más. Por ejemplo, alguien con mucho aire podría parecer comunicativo, pero si su Mercurio está en Piscis y está afectado por algún planeta que dificulte la comunicación, podría haber un conflicto entre la comunicación y el pensamiento.
Durante la consulta, tengo una visión general de la carta, pero también charlo con mi cliente, ya que una persona no es una carta; sería un error reducirla tan solo a una representación astrológica. El que está al otro lado es un ser humano complejo y con una historia vital. Dependiendo del nivel de conciencia de cada individuo y de la etapa en la que nos encontramos, vivimos nuestras configuraciones de manera diferente. Yo advierto desde el principio que no hago milagros, pero podemos trabajar juntos para que la persona se conozca mejor, reconozca sus fortalezas e, incluso, equilibrelas partes más débiles de sí misma.
En mis sesiones también recurro al tarot porque es común que haya dudas sobre el presente. De esta forma podemos tener una visión más amplia, casi una foto, del momento que está viviendo el cliente. Normalmente, utilizo lo que llamo “mandala astrológica”, que refleja la configuración astral en el tarot. A través de esta herramienta, exploramos la situación actual de la persona, identificamos áreas de bloqueo y buscamos soluciones y orientación para superar estos obstáculos. Pero explico siempre que no se trata de adivinanzas, sino de autoconocimiento: no estoy aquí para leerte el futuro, sino para ayudarte a navegar este camino que es la vida. Hay que mirarse en el espejo, no hay otra salida.
Autora: Rosa Gasull